De modo general una revolución podría definirse como un cambio
rápido, profundo y posiblemente violento que afecta a las instituciones
políticas, económicas o sociales de uno o varios estados. En un proceso
revolucionario normalmente aparecen enfrentadas de forma más o menos
nítida dos fuerzas: los partidarios de mantener las viejas estructuras
(reaccionarios) y los partidarios de derribarlas para crear otras nuevas
(revolucionarios).
El último tercio del siglo XVIII y el primero del XIX fueron testigos del fin del Antiguo Régimen y la transición de la denominada Edad Moderna a la Edad Contemporánea.
Las revoluciones políticas que tuvieron lugar en ese período
terminaron con el absolutismo y lo sustituyeron por nuevas formas de
gobierno basadas en la igualdad ante la ley, la democracia y la libertad
individual. La sociedad feudal estamental dejó de existir y en su lugar
se erigió la sociedad de clases capitalista, articulada en torno a dos
grupos sociales: la burguesía y el proletariado.
(Fuente: https://www.ecured.cu/Revoluciones_burguesas)
Uno de los ejemplos de revolución burguesa, que siguió al proceso de independencia de los EEUU fue la llamada Revolución Francesa.
En el siguiente enlace tienes un interesante material de síntesis de este proceso revolucionario
(Fuente: http://www.claseshistoria.com/revolucionesburguesas/revolucionfrancesa.htm)
En el siguiente enlace tienes un interesante material de síntesis de este proceso revolucionario
(Fuente: http://www.claseshistoria.com/revolucionesburguesas/revolucionfrancesa.htm)
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