martes, 24 de septiembre de 2019

EL PULSO DE LA MÚSICA: EL METRÓNOMO



Resultado de imagen de METRONOMO DE MAELZEL 
Ta ta ta... querido, querido Mäzel. Ta ta ta... adiós y que te vaya bien.Canon que Beethoven improvisó para Mäzel en la primavera de 1812.


     Resultado de la suma de las palabras griegas metron (medida) y nomos (regulación), este curioso aparato produce sonoramente un pulso regular. Este pulso, cuya velocidad queda medida en golpes por minuto y es graduable manualmente, sirve de indicador del  tempo de una determinada composición musical o un fragmento de la misma. Aunque patentado por Mäzel en 1816, este artilugio posee una larga y curiosa historia. 

  (...) Con la llegada de la electricidad, se desarrollan una infinidad de metrónomos de accionamiento eléctrico. Morrison, en 1936, crea uno que posee una serie de luces que brillaban para marcar los tiempos y el comienzo de la medida. 




(...) Sin embargo, a finales de 1970 las técnicas de electrónica digital se habían desarrollado hasta tal punto que se convirtieron en algo económicamente viable para aplicarlas al diseño de precisión de los metrónomos, lo que los favoreció enormemente. Además, la capacidad y bajo coste de los microprocesadores ha hecho posible añadir otras funciones a las ya conocidas. Entre otros, tales aparatos han sido introducidos por Wittner en Alemania, Seiko en Japón y Franz en los Estados Unidos.

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Metrónomos digitales actuales

Extracto del artículo de Javier Pérez titulado "El metrónomo: origen y evolución",  publicado en
SINFONÍA VIRTUAL. TU REVISTA DE MÚSICA Y REFLEXIÓN MUSICAL
ISSN 1886-9505 · www.sinfoniavirtual.com



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