Ta ta ta... querido,  querido Mäzel. Ta ta ta... adiós y que te vaya bien. – Canon que Beethoven improvisó para Mäzel en la primavera de 1812.
     Resultado de la suma de las palabras griegas metron (medida) y nomos
 (regulación), este curioso aparato produce sonoramente un  pulso 
regular. Este pulso, cuya velocidad queda medida en golpes por minuto y 
 es graduable manualmente, sirve de indicador del  tempo de una 
determinada composición musical  o un fragmento de la misma. Aunque 
patentado por Mäzel en 1816, este artilugio posee una larga y  curiosa historia. 
  (...) Con la llegada de la electricidad, se desarrollan una infinidad de metrónomos  de accionamiento eléctrico. Morrison,  en 1936, crea uno que posee una serie de luces que brillaban para marcar los  tiempos y el comienzo de la medida. 
(...)  Sin embargo, a finales de 1970 las  técnicas de 
electrónica digital se habían desarrollado hasta tal punto que se  
convirtieron en algo económicamente viable para aplicarlas al diseño de 
 precisión de los metrónomos, lo que los favoreció enormemente. Además, 
la  capacidad y bajo coste de los microprocesadores ha hecho 
  posible añadir otras funciones a las  ya conocidas.  Entre otros, tales aparatos han sido introducidos por Wittner en Alemania, Seiko en Japón y Franz en los Estados  Unidos.
            
Metrónomos digitales actuales
Extracto del artículo de Javier Pérez titulado "El metrónomo: origen y evolución",  publicado en 
SINFONÍA VIRTUAL. TU REVISTA DE MÚSICA Y REFLEXIÓN MUSICAL 
ISSN 1886-9505 · www.sinfoniavirtual.com
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